divendres, 19 d’abril del 2019

La zarza


Era una zarza de moras exquisitas,
mas tenía largas e hirientes espinas.
Crecía la zarza adosada a un alto muro.
Era su apoyo y en él sus sarmientos hundía.
Quien se acercaba a recoger su fruto
rasguños y herida en carne recibía.
Nadie salía ileso del maldito zarzal.
Quién querría tal dolor por sólo una mora probar?
Él quiso ese fruto dulce y exquisito que la zarza ofrecía.
Se acercó a ella con tanto amor que no le hería,
sinó que las temidas púas caricias le daban.
Eran las moras más dulces que su boca probara.

dilluns, 15 d’abril del 2019

Espinas

Hay cosas que...necesito decir, sinó se
quedan ahí...atragantadas. Se vuelven
espina y duelen.
A veces son sentimientos bonitos, aunque...
lleven consigo alguna tristeza.
Otras veces se vuelven rabia o indignación,
al no entender situaciones de este mundo
tan...hipócrita.
Al expresarme...siento una liberación
máxima y...acto seguido arrepentimiento,
por si causó dolor a otros...lo dicho.
Por ese motivo guardo más....callo más...de
lo que....digo.
Por ese motivo...llevo conmigo más espinas
que....rosas.
Y así, debe ser.